El coach basa la relación con su cliente principalmente en la escucha, el diálogo y las preguntas, de manera de crear las condiciones para que el cliente reflexione acerca de su posicionamiento en situaciones y relaciones, de sus habilidades y capacidades, de sus limitaciones, creencias, emociones, miedos, percepciones, valores, ideas básicas, disposición mental, ideas.
El coach crea un entorno de aprendizaje y crecimiento para que el cliente resuelva sus propios problemas, desarrolle sus propias ambiciones y evolucione y desarrolle a su manera y según sus propios parámetros.
Al margen de las habilidades propias de un BUEN coach, imprescindibles para su ejercicio profesional, como pueden ser la sintonía u armonía, rapport con el cliente, feedback, la escucha activa, la observación entre otras tantas, el Coaching puede explicarse en el siguiente esquema:
Las herramientas que emplea el coach se pueden resumir en el siguiente acróstico de Coaching Ian Fleming y Allan J.D. Taylor Ed. Griker Orgemer:
C- Competencias: Reconocer las competencias, habilidades, y fortalezas del cliente.
O- Objetivos: Conocer y comprobar los objetivos y resultados que busca el cliente.
A- Acción: Establecer las tácticas o acciones que se llevarán a cabo (por parte del Cliente).
CH- Chequeo: Brindar feedback y seguimiento al cliente.
Recursos sobre las cuales se apoya un coach:
Compromiso: con su propia evolución y la de su cliente.
Autoconocimiento y autodescubrimiento: propio propiciando el del cliente: en qué es bueno, en qué no tanto, cómo está de ánimo, de salud, cuáles son sus miedos, sus proyectos.
Confianza, apertura y disponibilidad hacia el otro: crea un espacio de libertad, expresión y reconocimiento del cliente, sin juzgar.
Escucha activa y Comunicación efectiva: su atención está centrada en el cliente.
Preguntas poderosas: están orientadas más a los objetivos que a los problemas y permiten colaborar (co-elaborar), descubrir y comprometer al cliente, invitándolo a la reflexión.
Feed-back y Feed-forward: para valoración y reconocimiento el primero y para la generación de cambios el segundo.
Apertura de posibilidades: para que el cliente sea un observador diferente de la realidad y de lo que le pasa, lo que lo induce a valorar sus fortalezas y tomar sus errores como oportunidades de aprendizaje.
Plan de acción: enfocado en objetivos concretos, a través de métodos para la resolución de conflictos, búsqueda de soluciones y estrategias.
Creatividad: uso de recursos como metáforas, cuestionarios, dinámicas, videos.
Legitimación: cada cliente tiene distintos necesidades, deseos, ritmos, dificultades, fortalezas.